Soy Mónica y vengo de Paraguay. Desde pequeña me he levantado muy pronto para ayudar en casa. Siempre fui muy obediente con mis abuelos y cuidé de mis hermanos pequeños. Limpiaba la casa desde las 4:00 para después ir a la escuela. Estaba muy cansada de esa situación, así que decidí cambiar mi vida.
Me contaron que había mucho trabajo en España, que se ganaba dinero y se vivía bien. Así que contacté a la agencia que organizaba el viaje y viajé con otras 10 chicas a Roma como turistas. Nos pagaron todo: la ropa, el billete y nos dieron dinero para viajar a Madrid. Al poco de llegar me di cuenta dónde estábamos…
Nos dieron ropa, nos obligaron a «ponernos guapas» y tuve que acostarme con cientos de hombres, haciendo cosas que nunca pensé ni imaginé. Me obligaron a consumir drogas y alcohol y, si me negaba a hacer algo o me quejaba, me daba palizas o me encerraban sin comer… ¡Tenía mucho miedo!
Mi liberación se produjo cuando la policía me arrestó por no tener papeles y me atreví a contarles la verdad a pesar de las amenazas y el terror. Me llevaron a un centro de acogida y, gracias a ello, hoy soy una mujer libre. Mi trabajo actual es ayudar a evitar a que otras mujeres pasen por este infierno.