Me llamo Angy y tengo 19 años. Soy paraguaya, tengo 3 hermanas y mi vida en mi país era feliz. Afortunadamente no teníamos problemas económicos, pero a mi padre no le gustaba mi novio de entonces y decidió enviarme a Argentina con mi tía. Yo quería trabajar, así que salí a buscar y ese día me violaron. Sin decirle nada a nadie, volví a Paraguay…
Me recompuse, conocí a un chico y empezamos a salir. Su hermana trabajaba en España y ganaba mucho dinero, así que la idea comenzó a parecerme buena. Mi novio y yo viajamos a España gracias a la ayuda de su hermana. Nada más llegar, me contrataron en el bar de mi cuñada, pero en realidad era un club de alterne. Me obligaron a «atender» a los clientes, yo me quejé y le conté todo a mi novio, pero no me creyó. Mi cuñada me amenazó y dijo que tenía que pagar mi deuda.
Tuve la suerte de que al día siguiente vino la policía de extranjería y pude contarles mi situación. Me llevaron a un centro de acogida y gracias a eso pude volver a Paraguay con mi familia.